
Me pregunto por qué seré tan melancólica. Porque tengo que decir lo que siento, porque tengo que estallar y vomitar palabras… luego me arrepentiré.
Me pregunto tantas cosas y hasta me pregunto ¿Por qué me pregunto tanto? Cuando grito y luego me río, siento el ambiente caliente y luego veo borroso; digo lo que pienso y luego me arrepiento.
Quiero matar y quiero abrigarte, disminuirte y apretarte, cogerte y aplastarte. Colocarte aquí a mi lado, mirándome con esos ojos un poco negros y a veces verdes.
Quiero que me llames, para luego colgarte. Quiero que me busques para poder humillarte.
Aunque quiera y lo desee, nada de eso se puede… el amor es tan grande que aunque duele no te mata pero se encarga de recordártelo siempre.
Envidio a los que empiezan y a los que creen que se quieren, pues no saben que el amor cuando mata hiere. Y lo irónico es que la mentira duele, pero tu honestidad me destruye.
Tendré que esperar… a ver si no me hago vieja. Tendré que esperar a ver si tu mente se acerca.
A ver si tu mente se apiada de ti, y te deja sentir un poco mas de este amor arenoso, que raspa y te incomoda. Pero cuando la miras la deseas.
Si yo soy arena tú eres el mar, pues tu vienes y te vas. Cuando menos lo espero me mojas y me ablandas, me moldeas y me tocas, para irte y secarme, dejarme árida y asquerosa.