Clara de Huevo

“Cuando el sol reposa en el pequeño mar, suelen suceder cosas que solo la luna sabe.”


Corrí, corrí, seguí corriendo, me caí. Cuando sentí una luz en los ojos, mi rostro cambiaba el semblante de miedo por una sonrisa algo estúpida. Estaba apoyada en la arena, las huellas de mis manos tatuadas en la arena, estaba con un vestido turquesa y sin zapatos, el mar sonaba como los CD de hipnosis que tenía mi mama. El aire resonaba en mis oídos, el ambiente era perfecto y placentero, sin rastro de tecnología a la vista.
¿Dónde me metí? Demonios! ¿Qué paso? ¿Qué hago acá? ¿Estoy en Asia? Genial, mi cerebro le preguntó a mi cerebro.
Intente pararme, y casi cayendo logre tomar el control de mis piernas. Camine hacia la orilla, y de rodillas caí donde la espuma borra las marcas de algunas aves.
No podía levantarme así que me senté al lado de la orilla, me cogí las piernas muy fuerte acompañandome, queriéndome, sintiendo todo eso que se siente cuando estas solo. Pero solté mis piernas y mi vestido tenía una enorme mancha de sangre. Mire mis manos, tenia incrustada una conchita, no la sentí, no sentí dolor, no sentí nada. Mierda! Ahora soy Chuck Norris, ¿Qué pasa? Que incomodo! Pero ni la incomodidad me dolía.
Empecé a preocuparme. ¿Donde estaban todos?
A lo lejos, divise una sombra, (la playa tiene complejo de desierto), trate de moverme pero mis piernas seguían inútiles. No obedecen. Entonces esperé.
Paso un buen rato y la sombra seguía del mismo tamaño y con la misma claridad,pero una voz dijo:
- “Clara, despierta!”
¿Qué? No había nada atrás mío.
- “Clara, despierta!”
- “Clara, despierta!”
- “Clara, despierta!”
Y un grito, que salió del corazón de alguien hizo que estallen mis ojos, una luz muy fuerte un sonido repetitivo, llantos.
No reconocí a nadie, no sabía quienes eran aquellas personas, nunca supe donde estuve.
Ahora no sé cuantos años tengo, ni de donde vine, ni a quien quise, y tampoco se porque no puedo caminar. No confió en nadie, no quiero confiar en nadie, no quiero caminar.
Perdí mis recuerdos porque quise olvidar cosas que no podía olvidar, perdí mis piernas porque quise dejar de avanzar.