Cálido, casi orgánico.

Siempre se teme a lo desconocido, sobretodo, cuando se trata de los
sentimientos y de uno mismo.

Miro por la ventana del carro cada uno de los edificios que hay a mi alrededor. Algunos están sucios y otros, sencillamente, no me gustan. Regreso la mirada, levanto la cabeza y la apoyo en el asiento, miro al techo respiro hondo y pienso en ti.

Recuerdo cada momento. Cuando te vi aquella vez en ese lugar de dudosa reputación, con aires de grandeza y ojos de mendigo, pensando, tal vez en la vida o en la muerte. Mi mente ideó una vida juntos en cuestión de segundos. Me puso a tu lado el destino, sin embargo, eres tú quien hizo realidad un sueño.