Cinco minutos de gloria

Ella estaba sentada en una banca blanca, con la música que la deseaba tanto como yo. El momento era intenso, la noche era intensa y las mentiras también.

Las miradas que se cruzan y se confunden los sentidos... "Entre el tacto y el olfato lo que menos deseo es mirar" -pensaba.

Momentos en los que no quieres recordar nada para solo sentirte bien... ni siquiera quería saber su nombre, tal vez me confundía luego. Sus ojos eran suaves y su sonrisa no me gustaba... pero no quería acostumbrarme, la verdad no quería acostumbrarme a nada.

Soy un hombre y suelo olvidar que soy un caballero. Quizás la trate como una cualquiera, quizás como una reina, no lo se, no lo recuerdo.

Sus piernas eran cortas, pero la verdad eso ni me importa. Describirla no es justo ahora, ella ni me recuerda pero tampoco me importa. Solo recuerdo mis momentos de lujuria, los cuales prefiero mantener en mi memoria para evitar susceptibilidades...

Fueron cinco minutos de gloria, cinco minutos de los que ahora me alejo; cinco minutos que robé de mi amigo el pendejo.